Un millón de Bitcoin en las reservas de Estados Unidos
Un millón de Bitcoin en las reservas de Estados Unidos
En estos días estamos leyendo la posible incorporación de 1 Millón de Bitcoin en las Reservas de Estados Unidos. ¿Qué consecuencias tendría en el mercado? ¿Quienes serían sus actores clave? ¿Qué cambios habría en el rol del Dólar? Un ejercicio de análisis sobre impactos y cambios que vendrían tras esta decisión.
Es importante conocer el contexto inicial, revisando la dinámica de propiedad y posesión de Bitcoin. Actualmente, la posesión de Bitcoin en el mercado está organizada en varios grupos.
Grandes ballenas: Las ballenas (individuos o entidades que poseen más de 1,000 BTC) controlan aproximadamente el 10% del Bitcoin en circulación. Estas ballenas, pueden reaccionar estratégicamente ante el movimiento de un actor gubernamental de gran magnitud. Este grupo ejerce una gran influencia en la dirección de los precios y la volatilidad de Bitcoin, ya que pueden absorber o vender grandes cantidades de BTC sin depender de condiciones de mercado minorista.
ETFs y Fondos Institucionales: El aumento de los fondos cotizados (ETFs) relacionados con Bitcoin en numerosos mercados ya ha puesto fuera del alcance del mercado minorista muchos de los Bitcoins disponibles. Por ejemplo, los ETFs, como los de BlackRock y Grayscale, han acumulado a día de hoy más de un millón de BTC en conjunto, lo que reduce aún más la oferta de Bitcoin que se puede comprar directamente.
Mineros y el BTC por Minar: Con menos 2 millones de BTC restantes por minar, la emisión se reduce a la mitad cada cuatro años con el halving. Además, muchos mineros qué mantenían el Bitcoin en lugar de venderlo, usándolo como valor refugio en los últimos meses han vendido más del 30% de sus reservas. Una gran adquisición gubernamental de BTC probablemente incentivaría a los mineros a continuar acumulando, esperando que el aumento de precio sea a largo plazo, pero otros aprovecharían para vender ante la escasa presencia del retail.
El Mercado Minorista (Retail): Este representa, en términos de volumen, la menor participación, pero incluye una comunidad diversa de pequeños inversores que ven en Bitcoin un refugio o activo de reserva y muchos otros llamados por la pura especulación. La adopción oficial de Bitcoin seguramente llevaría a un número mayor de inversores minoristas al ecosistema.
Esta compra por parte del gobierno de los Estados Unidos tendría serias implicaciones para el ecosistema Cripto. La principal sería la escasez acelerada en la Oferta La compra de un millón de Bitcoin por parte del gobierno estadounidense absorbería una parte considerable de la oferta disponible, especialmente en un momento en que la mayoría del Bitcoin ya está en manos de actores con baja disposición a vender.
Probablemente, estos actores mantendrían sus posiciones, esperando una revalorización del activo, lo cual intensificaría la percepción de escasez, impulsando el precio y reduciendo el acceso de los pequeños inversores.
Del mismo modo esta compra tendría un importante impacto en ETFs y en control institucional del activo. Una adquisición de Bitcoin por parte de un gobierno, como el de Estados Unidos, cambiaría la relación entre el activo y los fondos institucionales. Los ETFs, que actúan hoy como compradores de Bitcoin, buscarían maximizar sus comisiones de gestión futuras aprovechando la escasez y limitando la salida de BTC de sus reservas. Esto aumentaría la centralización de Bitcoin, haciendo que estas entidades se vuelvan cada vez más institucionales y gubernamentales, restándole así su carácter original descentralizado, al menos en cuanto a control se refiere.
Esta compra tendría también implicaciones para el Dólar y su papel en la economía global. La diversificación de activos de reserva y riesgo de credibilidad, añadiendo Bitcoin como un activo de reserva en EE. UU. podría diversificar y proteger el valor del dólar frente a la inflación. A largo plazo, esta decisión podría interpretarse como una pérdida de confianza en la estabilidad del dólar sin respaldo de activos adicionales. La dependencia del dólar en Bitcoin reduciría la percepción de éste como reserva segura y estable, particularmente si el gobierno busca protegerse contra una crisis inflacionaria.
Para mi, también sería importante recalcar el impacto en la política monetaria y la emisión del Dólar. El respaldo parcial del dólar en Bitcoin implicaría un ajuste en la política monetaria de EE. UU. La escasez e independencia de Bitcoin limitarían la capacidad del gobierno para aumentar la oferta monetaria sin devaluar el BTC adquirido. A medida que el precio de Bitcoin se revaloriza, el impacto de estos ajustes será tal que, incluso con beneficios para EE. UU., esto podría introducir una volatilidad inesperada en la base de reservas.
Pero no todo se acabaría en Estados Unidos. Veríamos a otros Bancos Centrales entrar en estas compras y en la competencia por la adquisición de BTC. Una compra de esta magnitud probablemente motivaría a otros bancos centrales, especialmente de economías emergentes, a buscar posiciones en Bitcoin.
La necesidad de diversificar sus reservas y competir con Estados Unidos en esta diversificación podría impulsar una “carrera” por adquirir BTC, incrementando su escasez. Así, la competencia probablemente aceleraría la institucionalización de Bitcoin como un activo de reserva global y su adopción como medida de protección financiera; esto debería traer posibles cambios en la regulación y la adopción Institucional Un cambio tan radical podría desencadenar una serie de cambios regulatorios a nivel mundial, estableciendo nuevos marcos de custodia, fiscalización y vigilancia de las criptomonedas. Con una adopción masiva de los gobiernos, las entidades financieras tradicionales aumentarían su participación en el mercado cripto, ofreciendo una gama de servicios financieros de alto nivel para apoyar la integración de Bitcoin en las reservas nacionales.
La incorporación de Bitcoin por Estados Unidos en sus reservas abriría la puerta a un sistema de reservas mixto, donde los activos digitales y el dinero fiduciario coexistirían como componentes de las finanzas nacionales. Sin duda, los ETFs, ballenas y mineros se convertirían en variables integrales en el desarrollo de políticas y en el precio de Bitcoin. Esto pondría a prueba la capacidad del ecosistema cripto para soportar y absorber una institucionalización profunda, abriendo camino hacia una economía menos centralizada, pero con participación gubernamental en su base.
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